martes, 30 de noviembre de 2010

Salir de los moldes: El test del espía

Este sencillo test demuestra cuanto nos cuesta encontrar un nuevo enfoque cuando creemos conocer las respuestas...

El espía medieval

Un espía debía entrar a un castillo para poder investigar los planes del enemigo, pero al llegar descubrió que las puertas del castillo se abrían sólo si se daba la contraseña correcta. Se escondió entre unos matorrales y se quedó observando...

Llegó un soldado a las puertas del castillo, el vigía de la torre le dijo:
¡dieciocho!
a lo que el soldado contestó:
¡nueve!.... y abrieron las puertas.

Al poco rato llegó otro soldado, el vigía le dijo:
¡catorce!
el soldado respondió:
¡siete! y nuevamente se abrieron las puertas...

A los pocos minutos, llegó un soldado más y el vigía le dijo:
¡ocho!
el tercer soldado le respondió:
¡cuatro!...Como en todas las ocasiones anteriores se abrieron de nuevo las puertas.

El espía, que había estado observando, pensó que ya estaba seguro de la respuesta que tendría que dar como contraseña por lo que no espero más, se acercó a la puerta, el vigía le dijo:
¡seis!
a lo que el espía contesto:
¡tres!... El vigía, al escuchar esa respuesta cogió un arco y lo mató...

El vigía se quedó pensando y dijo para sí: Si este espía hubiese respondido ¡Cuatro! habría entrado a nuestro castillo.

Pregunta: ¿Cuál, entonces, era la clave para encontrar la contraseña de ingreso al castillo?



Solución
El espía pensó erróneamente que la clave que utilizaban los soldados para entrar era decir el número que daba el vigía dividido por dos.

En realidad la clave era el número de letras de la palabra que pronunciaba el vigía.

En este caso la clave que debería haber dicho el espía para entrar era precisamente "cuatro" ya que es el número de letras de la palabra "seis" que pronunció el vigía.
;-)

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